Salir de la Rutina
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En situaciones normales, para competir en las mejores condiciones, el entrenamiento del portero debe tener carácter global, integrando todos los aspectos que condicionan su rendimiento [físicocondicional–técnico–táctico–psicologico] de tal forma que le sea posible entrenar con incertidumbre, con las cargas psicológicas propias o similares a las que se va a encontrar en el partido de tal forma que se sienta preparado para competir con garantías. Y sobre todo entrenamiento con todo tipo de desplazamientos, porque entrenar sin movimiento pone de manifiesto, la ausencia de movilidad.
Pero en la situación en la que se encuentran ahora todas las porteras y todos los porteros, cargada de estrés, más que de incertidumbre lógica, dista mucho del contexto que necesita el cerebro. Las neuronas tienen que regenerarse y el sistema nervioso mantenerse lo suficientemente activado como para que no se anestesie, y siga memorizando mapas mentales, cargados de imágenes lo suficientemente potentes como para poder trazar las rutas de cada desplazamiento, de cada golpeo, de cada anticipación, todos aspectos previos a la toma de decisiones, por lo que espero y deseo, que no se habitúen a la forma de entrenar que siguen ahora, y que mantengan la ilusión intacta por volver a competir cuanto antes.
El entrenamiento que siguen desde casa, les permite estar en las mejores condiciones físicas–condicionales, pero para que también estén en las mejores condiciones psicológicas, les propongo un ejercicio que les ayudará a –Entrenar el Cerebro– sin salir de casa; con un sencillo ejercicio de malabares.
¿Por qué? Porque este tipo de ejercicios permite trabajar, ambos hemisferios cerebrales sincronizando las funciones en cuestión de 240 ms, facilitando programar a nivel inconsciente el movimiento coordinado, trabajando la lateralidad óculo–manual al mismo tiempo, y porque además, reúne otros dos aspectos clave para el entrenamiento en toma decisiones: máxima concentración y equilibrio emocional.

Hacer ejercicios de malabares, además de reunir los tres aspectos mencionados anteriormente, reúne otros beneficios, porque es un juego difícil:
- Exige mucha concentración y a la ves mantener el equilibrio corporal al coordinar los movimientos óculo–manuales para realizar el ejercicio en cascada con tres pelotas: aprendes a coordinar el movimiento de ambos brazos focalizando la atención en los puntos de referencia de los movimientos oculares
- Esta actividad es excelente para reducir el estrés porque la concentración que exige nos mantiene atentos y te permite aislarte de todo lo que te rodea y de todo lo que te preocupa: el único objetivo del ejercicio es que en ese preciso instante, las pelotas no caigan al suelo
Ahora que obligatoriamente los porteros y las porteras tienen que entrenar en casa, entrenar con actividades y tareas complejas, como el ejercicio de malabares, les va a ayudar a estar activados psicológicamente ya que este tipo de ejercicios produce cambios importantes en la estructura del cerebro.
Esta conclusión se pone de manifiesto en la publicación “Training induces changes in white-matter architecture” de la revista Nature Neuroscience[1], que describe la investigación llevada a cabo por los científicos de la Universidad de Oxford, Scholz, Jan, Klein, Miriam C; Behrens, Timothy E J, Johansen-Berg, Heidi en la que demostraron que hacer malabarismos produce un aumento del 5% en la materia blanca cerebral, es decir, en el área del cerebro que contiene las fibras que transmiten impulsos eléctricos de una neurona a otra, responsables de las conexiones cerebrales que transforman al cerebro.

Antes, en otros estudios, concluyeron que el aprendizaje y práctica de nuevas habilidades que utilizan el área de la corteza visual motora del cerebro, también ayudan a cambios en la materia gris, realizamos el procesamiento de la información. Lo sorprendente de estos hallazgos, es que ahora sabemos con “cierta ciencia” que éstas prácticas también tienen un impacto en la materia blanca.
En la nueva investigación, el profesorado investigador utilizó imágenes de resonancia magnética de difusión (RMD), con el que midieron el movimiento de las moléculas de agua en el tejido cerebral, para comprobar de esta forma, si los ejercicios de malabares cambiaban la materia blanca del cerebro en 24 personas sanos. La mitad de los participantes fueron entrenados durante seis semanas, practicando 30 minutos al día, y sometidos a escáneres cerebrales antes y después del experimento. El resto siguió su vida normal. Después del entrenamiento, los 12 malabaristas fueron capaces de realizar al menos dos ciclos continuos del ejercicio de la cascada de tres pelotas. Pero lo sorprendente, fue que en su cerebro se encontró un aumento de 5% en la materia blanca de una sección posterior del cerebro que contiene nervios que reaccionan cuando cogemos objetos que están dentro de nuestra visión periférica.
Desde la perspectiva con la que entreno la lateralidad sensoriomotriz y la lateralidad funcional óculo–manual y óculo–podal, estoy convencida que este tipo de ejercicios por la dificultad, por lo estresante, y por lo difícil, ayudan a que nos podamos comprometer con nosotros mismos a superar el reto, y de esta forma, nuestro entrenamiento tenga cierta dosis de calidad que tanta falta nos hace en estos momentos.
Convirtamos a los ejercicios de malabares, o cualquier otro con pelotas, en ejercicios deportivos de activación ya que potencian la capacidad cognitiva funcionando directamente sobre los reflejos y sobre la reacción. Y recuerden, “Todo es cuestión de técnica”.

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