El miedo TForma

El miedo TForma
“Porque el fútbol es para valientes, y la mayor valentía es reconocer que tienes miedo”.
La competición siempre es un periodo de vida de tiempos difíciles para los porteros. La creciente sensación de que la titularidad es efímera, sólo contribuye a difundir el miedo al cuerpo, la desconfianza a la mente y la confusión al movimiento. En este escenario de incertidumbre por el que todo portero o portera recorrer alguna vez de puntillas, la pregunta que nos hacemos es: ¿está entrenado el portero para afrontar estas situaciones, ser capaz de asumir riesgos y de adaptarse a los cambios?
Lo que está claro es que, la portería demanda un perfil técnico–táctico concreto, pero psicológico aún más específico. Porteros con flexibilidad mental, con predisposición a innovar en su propio desarrollo formativo, la visión de conjunto determinante para seleccionar lo importante al tomar decisiones, sin perderse en los detalles. Tener actitud, es cuanto menos tener la iniciativa de afrontar los problemas complejos con seguridad, y el éxito de una iniciativa exige que el portero se sienta bien, asuma riesgos y sepa calcular adecuadamente su grado de complejidad. Tener el valor necesario para hacerlo, es la cualidad distintiva de la confianza en uno mismo.
Si desde los niveles inferiores de formación, integramos estas variables psicológicas en cada tarea y en cada entrenamiento, los entrenadores especialistas conseguirían que cuando los porteros se vean asaltados por el miedo, la ansiedad y un profundo malestar personal cuando deben afrontar algún cambio, recuerden rápidamente esa sensación tranquila de cuando en una situación estresante para ellos consiguieron afrontarla con éxito.
Porque vivir con miedo, a no jugar, a equivocarse en la salida, a no llegar a un balón, … solo contribuye a que el miedo crezca y a que crezca también el fracaso, quienes más miedo tenían al fracaso quedaban a merced del cortisol.
Y los que viven en estos escenarios tan estresantes a corta edad, rehúyen de su mente la palabra éxito, no porque ellos no quieran conseguirlo, sino porque el contexto social más inmediato no lo ve, y así es difícil, mantener la seguridad y confianza adecuadas para mantenerse equilibrado emocionalmente.
Para ayudar a los porteros a conseguir el éxito en su desarrollo deportivo y personal, es imprescindible que las personas que le rodean estén motivadas para ello, dispuestos a asumir riesgos calculados, personas comunicativas que alienten y apoyen en cada debilidad resuelta, y, finalmente, apoyen las ideas originales de los demás.
Por tanto, cuando veas a un portero triste, enfadado, decepcionado, frustrado … por no jugar, o porque las cosas no han salido bien en el partido, piensa si lo que necesita es el refuerzo por lo técnico o más energía por el sacrificio personal. Recuerda que las emociones son literalmente, lo que nos mueve a ir tras un objetivo, impulsan nuestras motivaciones y esos motivos, a su vez, dirigen nuestra atención y enfoque, dando forma a todas nuestras actuaciones.

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