El Fracaso, la solución para vencer al miedo
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- In Psicología Deportiva

Tener dieciséis años y entender por uno mismo por qué no juegas si nadie te lo explica, es una tarea harta difícil ¿Verdad?. Sí, en cualquier demarcación pero especialmente la que ocupa la última línea de campo: la portería. En una situación como la anterior, el portero necesita razonar, saber qué ocurre, aliviar así la ansiedad que genera esta situación y para ello el cerebro necesita información. Lo importante es que cuando no la tiene la presupone en base a su percepción, y claro está, presuponer tiene una fuerte carga subjetiva que le aleja de la realidad con total seguridad. O no…
En pleno proceso de maduración personal, es probable que si no entra en la convocatoria, el portero sienta MIEDO, esa sensación que algunos localizan en el estómago, otros en la garganta pero que en definitiva causa malestar e incluso lo puede bloquear. Lo cierto es que vivir así el MIEDO tiene el peligro de que esa vivencia que a priori debe ser una situación normal del fútbol, se convierta en una experiencia emocional negativa para el portero.

¿Cómo fabrica el cerebro la estructura mental del Miedo en esta situación particular?
- Percibe el peligro. El portero piensa que si no juega algo va mal y aunque no sea así, él lo cree
- Aparece la vulnerabilidad. El portero piensa que no jugar puede afectarle de forma negativa porque lo que escucha es que “a esta edad tiene que disputar muchos minutos para aprender”. El pensamiento lo convierte en una emoción de debilidad
- El Comportamiento. El portero se siente inseguro y se comporta como tal. Y lo peor es que desde fuera, es probable que interpreten que está desmotivado y que no quiere jugar al fútbol
¿Cómo puede cambiar este patrón mental su entrenador y ayudarle a superar este miedo? En primer lugar, debe saber que cada una de las emociones que vive el portero durante la etapa de formación van a ser claves para superar los miedos en una etapa posterior. Y que junto a la enseñanza de la técnica, de la táctica debe aceptar que si no se comunica abiertamente con él, esto influye de forma negativa a la formación del carácter y de la personalidad, no sólo al portero sino además a todo el equipo.

¿Cómo puede actuar el entrenador para influir positivamente en la mentalidad del portero?
- Debe ayudar a desarrollar fortalezas: explicarle los motivos por los que no juega y en caso de que sean estrictamente deportivos, ayudarle a potenciar las áreas en las que necesita Cuánta más información tenga el portero para hacer frente a la situación, menos débil se va a sentir
- Debe mentalizarlo para que mantenga la ilusión se seguir entrenando cada día al máximo rendimiento: meterle en su cabeza que en un futuro, cuando compita a nivel profesional, el fútbol seguirá siendo para los valientes, y si aprende a afrontar las situaciones difíciles y adversidades desde pequeño, sabrá comportarse como un profesional y podrá exigirle que lo sea
- Debe comunicarse abiertamente: saber escuchar cada una de las emociones y saber tocar con sensibilidad sacando lo mejor de lo que hay y convencerlo de que si no juega, lo guarde para cuando lo necesite en el campo. ¿Cómo? Llevándolo al límite de sus posibilidades porque ahí se encuentra lo mejor que tiene cada joven para rendir, lo que ocurre es que seguramente aún no lo sabe y seas tú como entrenador el que tenga que comunicárselo

Cada semana el entrenador tiene que tomar decisiones que afectan a un grupo de 15–20 jóvenes, momento en el que realmente se da cuenta de lo difícil que es ser entrenador. Por eso además de dominar las tareas, los métodos, la técnica, la táctica, el análisis visionado de videos, estrategias, tiene que ser hábil para dominar de la misma forma y con más elegancia aún si cabe la difícil tarea de alinear y para ello sabe que conectar directamente y sintonizar con las emociones de los futbolistas desde el principio es su principal cometido.
Si como entrenador te centras alguna vez en escuchar al portero, lo que siente y lo que sufre, en ese instante tu silencio te hará persona. Y quizás por una vez ese silencio sea lo que te sirva para comunicarte con él.
El ADN del equipo es la emoción, la voluntad de los jugadores para querer o no jugar como el entrenador quiere que lo hagan. Por eso, el objetivo del técnico es superar las expectativas de cada futbolista del equipo, de lo que esperan cada uno de ellos sobre su trabajo, los jugadores de campo y los porteros. Los que le seguirán admirando aunque no jueguen.
Si pudiera les pediría que:
- Cambien de concepto: dejen de creer que su función se limita a enseñar y que después de la alineación no es necesario comunicarse con el portero ni con el equipo;
- Piensen en la necesidad de “continuidad para consolidar el aprendizaje”: dejen las rotaciones para equipos profesionales por que a veces no sirven en etapas de formación y centren su atención en preparar a su equipo para competir en el futuro;
- Entrenen sus habilidades para dirigir equipos: más y mejor comunicación para enfrentarse a lo que realmente tienen delante de sus ojos, futbolistas con características muy diferentes que necesitan saber, entender, comprender porqué SÍ o por qué NO jugarán el próximo partido y de esta forma los futbolistas sigan creyendo en sus posibilidades
Y lo mejor, que será bueno también para vosotros como entrenadores, hagan que cada futbolista piense y sienta que todo


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