[2] Cualidades del portero de fútbol
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El Portero es el jugador más especializado en el fútbol. Su juego, aunque colectivo, requiere de una enseñanza y entrenamiento más específicos al puesto en concreto, también de manera individual, sobre todo en aspectos analíticos, como son la técnica y lo físico-condicional, aspectos cada vez más personalizados en alto rendimiento.
Para intervenir con éxito en todas las situaciones del juego, en fase ofensiva y en fase defensiva, el portero necesita utilizar de forma simultánea tanto cualidades especificas corporales como capacidades físicas–condiciónales. Tomando como referencia las características antropométricas particulares de cada portero, éstas deben permitirle realizar movimientos acrobáticos o explosivos, como por ejemplo, de acción inmediata defensiva en acciones próximas. No queriendo restar calidad a la sencillez del movimiento ejecutado es importante resaltar que el equilibrio corporal resulta crucial para poder responder con la información y representación mental adecuada a la situación que vive en ese justo momento.
El perfil corporal que desarrolle el portero le servirá para realizar movimientos coordinados en situaciones complicadas, para lo que debe estar en continua activación mental durante el juego con un óptimo estado de forma, física–cerebral. Por ejemplo, en situaciones distintas del juego, el portero debe reincorporarse de forma rápida ante un rechace para ágilmente corregir necesariamente la posición y desviar el balón. En caso de segunda jugada, debe intervenir con la confianza adecuada, buscando el equilibrio necesario para reincorporarse y desplazarse, con una biomecánica–emocional ajustada a una acción rápida, donde se muestre eficiente.
Recordemos que la lateralidad está presente como actividad neuromotriz en toda respuesta técnico–táctica, y que el cerebro dominante en esa acción concreta es responsable del equilibrio postural correcto y adecuado. En cuestión de movimiento, nuestro cerebro parte de una premisa básica: la postura. Es decir, la lateralidad ayuda al cerebro a madurar y reaccionar rápido con un movimiento coordinado consiguiendo que las estructuras del cerebro se unan para formar un conjunto ordenado y facilitar el equilibrio necesario. (Romero Naranjo, F. J., 2012).
Por lo tanto, si el hemisferio derecho–postural es responsable de integrar toda la información del movimiento con coordenadas corporales–espaciales, y el hemisferio izquierdo–simbólico, está especializado en las funciones cognitivas dotando de significado a la información anterior, la pregunta que nos hacemos es: ¿cómo se procesa la información a nivel cerebral para que el portero pueda responder de forma coordinada?
En el video anterior podemos ver cómo el cerebro al funcionar como un sistema coordinado necesita de un nexo potente que se responsabilice de comunicar a ambos hemisferios la información corporal–espacial para que cada uno haga su trabajo y el cuerpo esté siempre disponible para reaccionar a tiempo en cualquier situación de juego.
Ser un portero competente requiere del trabajo organizado de las estructuras cerebrales implicadas en el movimiento coordinado. Así mantener un estado de alerta y estar centrado requiere además un estado emocional pertinente, que de forma visual–corporal–auditiva perciba todas las sensaciones de lo que ocurre en ese preciso momento del juego.
Para entender todo esto de forma sencilla y desde una perspectiva táctica sirva como ejemplo lo que ocurre a nivel cerebral cuando el portero percibe los determinados espacios en las distintas opciones del juego, es decir, lo que ve, lee y entiende desde el poseedor de balón y todas las opciones de juego presentes en esos espacios.
Toda esta información posibilita que el cerebro esté preparado para dejar actuar a la mente liberada, porque después de sintetizarla toda en una instrucción dispuesta para actuar, es en este preciso momento cuando además experimenta las sensaciones acordes, teniendo así en su poder la noción exacta del movimiento a ejecutar en esta situación concreta, teniendo en cuenta como siempre recordamos la lectura táctica de los distintos espacios cambiantes con respecto a compañeros y contrarios.
Con esta información es suficiente para que en el siguiente post, expliquemos el método de valoración de la lateralidad: Las lateralidades se clasifican y se entrenan de forma personalizada.
En cuestión de movimiento, nuestro cerebro parte de una premisa básica: la postura. La lateralidad ayuda a que el cerebro madure y reaccione rápido con movimientos coordinados en cada desplazamiento. Clic para tuitearÍndice de contenidos

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